A finales de mayo de 2011 el Parlamento de Malta aprobó una nueva ley mediante la que se legalizaba el divorcio. Desde entonces, Filipinas es el único estado del mundo en el que el divorcio no es legal, aparte del Vaticano.

No obstante, para un país en el que el divorcio no está permitido ¿cómo puede haber tanta gente con ex esposas y ex esposos?

Según fuentes de la BBC, los filipinos han encontrado formas ciertamente originales de “darle la vuelta” a las leyes que prohíben el divorcio.

La principal forma de hacerlo es conseguir que el matrimonio sea anulado. Es como si batieras una varita mágica. De repente, la boda y la frase “hasta que la muerte nos separe” nunca sucedieron.

De este modo, todo lo que los ciudadanos de Filipinas necesitan para que el matrimonio sea anulado es un psiquiatra que certifique la discapacidad psicológica de alguno de los dos miembros de la pareja para cumplir las obligaciones esenciales del matrimonio.

En otras palabras, si tienes dinero para pagar los servicios de un psiquiatra puedes obtener la nulidad matrimonial, una alternativa filipina a lo que en otros países se conoce como divorcio.

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